miércoles, 25 de febrero de 2009

NOS LLAMAMOS JACQUES Y RAYMOND Y VENIMOS A SEPARAR EL PAÍS

Año 1964. Estamos en Francia. Se acerca julio y ya se respira otro ambiente.
Se nota, se siente, le Tour está presente.
Las calles se abarrotarán de gente durante 3 semanas en las que el país bretón será el centro del mundillo ciclista, deportivo y casi que social.
A sabiendas de que el deporte de los pedales está en su momento de máximo esplendor hasta el momento, los franceses estan que no caben de su orgullo por el dominio que tienen sus corredores y por el apasionante duelo que protagonizarán dos de ellos:

-¿Anquetil o Poulidor? -comenta, cómo cada año, el abuelo sentado en el banco del pueblo junto a otra decena de ancianos.



En efecto, ellos dos son el centro de todas las miradas.
-Maitre, hombre, el Maitre. Cómo siempre -afirma otro en un vago intento para zanjar en tema-.
No es de extrañar pues, Anquetil ya lleva 4 victorias -récord ya- y va a camino de ampliarlo hacia la quinta conquista del Parque de los Príncipes. Aún así, la confrontación en la conversación de esos admirables y veteranos aficionados del mundo de la bici es notoria y apasionante.
-Algún día tiene que pasar que Jacques caiga en montaña, o sino que le vaya mal la táctica. Éste año es el de Pou-Pou.
-Pero, todo y diciendo que Poulidor le pudiera ganar tiempo -que poco le ganaría-, Mounsier Crono se lo saca en las cronos...
-¡Pero que Anquetil no sube bien y así no se puede ser un gran dominador!
-Acaso Poulidor lo es...

A priori, tema zanjado. Antes de la batalla, los pronósticos dicen qeu Jacques Anquetil ganará y sobrado sino hay ningún desastre. Se equivocaban.



En un principio, no iban desencaminados: las primeras etapas llanas se las repartían entre Darrigade, Altig y Janssen (lógico), la CRE se la llevaba el KAS... Hasta que llegó la montaña con el liderato de Rudi Altig.
La primera y larga jornada montañosa, se la adjudicó -lógicamente, también- Federico Martín Bahamontes para dejar de sorprendente líder a Georges Groussard (que acabó de forma excepcional 5º en la general ése año, cuando su segunda mejor actuación fue 30º). La siguiente etapa se la adjudicó Anquetil recortando tiempo con el líder y dejando clara su postura: voy a ganar hasta ennla montaña.
Siguen las etapas y, cómo siempre, se lleva la crono individual Anquetil de nuevo y, tras 4 jornadas más en las que salieron victoriosos Julio Jiménez, Edward Sels, Poulidor y Bahamontes nos encontramos a la víspera de una crono, con una general apretadísima y dos cronos y una etapa montañosa por delante. El debate se reprende:
-¿Dónde está el Poulidor que gana a Anquetil en montaña? -se burlaban los seguidores de Jacques.
-Está crudo, está crudo. Pero a pesar de no ser un ganador se ha impuesto en una etapa.



-Y Anquetil también, y en montaña.
-Tú espérate, que hay el Puy de Dôme por delante.
-Pero también dos cronos largas...

Se acaba el debate de nuevo. No hay color: juntitos en la general y 80kms de crono por delante. Ganará Anquetil.
Sigue la carrera y en la primera crono se impone Jacques y se viste de amarillo. Y llega la etapa del Puy de Dôme y los dos héroes nacionales estan separados por poco menos de un minuto. Ninguno de los dos subía excepcionalmente bien y se dejó patente en la etapa.
Se llegó al volcán temido tras más de 210km en als piernas y con los escaladores luchando por la victoria parcial y con Anquetil y Poulidor jugándose la general poor detrás (foto).
Estaban exhaustos, avanzaban a golpe de riñón y iban haciendo eses por la carretera. Se llegaron a tocar y a estar a punto de caer.
A poco para la meta, se fue Poulidor y adelantado llegó a la meta dónde se impuso de nuevo Juilo Jiménez. La recta de meta estaba vacía y todo los cronómetros en marcha: 10 segundos, 15 segundos, 25 segundos... a alrededor de 40 segundos de Pou-Pou llegó un cansadísimo Anquetil que, por pocos segundos, mantenía el maillot jaune. Era consciente. Ya había ganado el Tour. Tan sólo faltaba la crono finald e París en la qeu se volvería a imponer para ampliar su ventaja en la general a... tan sólo 55 segundos.

Todavía está gravado éste Tour en las retinas de los buenos aficionados al ciclismo, y también el corriente social que crearon éstos dos genios de los pedales: que dividieron el país en los pensamientos, a pesar de ser un enfrentamiento desigual.

viernes, 20 de febrero de 2009

¿LOS ESCALADORES MARCAN VERDADERAMENTE ÉPOCAS?

Cuando todos pensamos sobre ídolos ciclistas o escenas espectaculares y emotivas de éste deporte, siempre nos vienen a la cabeza figuras cómo el "Chava" Jiménez, Marco Pantani o Roberto Heras, por decir algunos.



Sus demarrajes, su estilo, su explosividad, se belleza en el pedaleo y, porqué no, por la emoción y la espectacularidad que le daban a las carreras con perfiles puntiagudos en las que participaban.
Dos de ellos nos han dejado ya, y a otro nos lo borró las sustancias ilegales, pero sus exhibiciones se siguen contando todavía hoy en día y posiblemente pase a demás generaciones: del "Chava", sus escaladas entre irregularidades en la Vuelta, sumando un total de 7 -si no recuerdo mal- finales en alto conquistados, récord absoluto. De Marco, sus cambios de ritmo cogido del manillar por debajo, su espectacular año 98, su carisma... Y Roberto, el hombre-Vuelta, el hombre que hipotecó su futuro de dominante en el ciclismo internacional para apoyar a Lance y, a pesar de eso, igualó el récord de Rominger de 3 Vueltas...



Poca gente dudará que pueden estar entre la élite de la historia de éste deporte y, sin duda alguna, entre los mejores escaladores pero... a parte de tener una cantidad de seguidores y adeptos excepcional... vayamos a ver su palmarés:

Roberto Heras: 3 Vueltas a España y un segundo puesto (10 etapas), un top5 en el Giro (1 etapa) y subcampeonato de España.
Marco Pantani: 1 Giro de Italia (10 etapas, premio de la montaña), 1 Tour de Francia (10 etapas, mejor joven) y bronce en el Mundial.
"Chava" Jiménez: Campeonato y subcampeonato de España y dos top5 en la Vuelta a España (8 etapas, premio de la montaña y regularidad).



Aceptable, pero nada tan destacable cómo para marcar y dejar huella en nuestras memorias cómo hicieron. La gran mayoría de los grimpeurs fueron así: espectaculares y explosivas estrellas, pero fugaces.
Sin embargo, los contrarrelojisats quizá sean los tipos de ciclistas menos preciados y menos espectaculares pero sí los más efectivos y eficientes. Hablemos, por ejemplo, del caso del primer pentacampeón del Tour: Jacques Anquetil. Hablando en plata, no fue más que un plástico rodador, acusado siempre de calculador. Pero no tenía más remedio: no subía bien pero su clase pedaleando en el llano era inigualable. Quizá más vistoso por su agrado entre la población femenina, pero dentro de su nula espectacularidad en la carretera, ahí está su palmarés: 5 Tours de Francia (16 etapas), 2 Giros de Italia (6 etapas), 1 Vuelta a España, 5 París-Niza, 1 mundial, 1 Liège... No hace falta decir nada más, que comentaba alguien.



Pero no hay más que aferrarse a la historia para ver que los grandes campeones han destacado por ir contra el crono. Fausto Coppi, el que siempre se ha dicho que ha sido el escalador con más clase de la historia también tenía en su palmarés GP's de las Naciones, Trofeos Baracchis y Campeonatos italianos de persecución. Más que nada porque era también un excelente contrarrelojista.
Y así seguimos con Merckx (que, aparte de tenerlo todo menos escalador y sprinter puro, también ina mucho desafiando al reloj), Hinault, Indurain, Armstrong y, si me apuras, hasta Contador, sin ser croner puro, también se apaña muy bien (campeón de España sub21 o 23).

Así que iré acabando diciendo nada más de lo que he dicho anteriormente. Es muy posible que los escaladores marquen época en vuestros corazones, pero no pasa lo mismo en los casilleros.